domingo, 24 de febrero de 2008


¿Meme-libro, o no me libro?

Schwan y Maya me invitan a participar en un meme sobre cuáles son los próximos cinco libros que leeré.
Como tengo la mala costumbre de leer varios a la vez, entre los que leo y leeré están:

-Años de hierro, de Pío Moa.

-Zapatiesta Zapatero, de Jaime Campmany. Un libro que me regaló Zapataplús! Esto lo digo que sepáis que acepto regalos ;)

-See, I told you so ("Os lo dije"), de Rush Limbaugh, la megaestrella radiofónica de los USA. Tiene 14 millones de oyentes y hace un discurso netamente conservador, elocuente y humorístico.

-Josep Pla: Biografia de l´homenot, de Xavier Febrés. Tengo que documentarme para mi próximo libro ;)

-Y una Antología de Juan Ramón Jiménez. Media hora de poesía al día no mata a nadie.


A ver qué se cuentan CLD, Dhavar, Fede, Alberto Esteban y el mismo Zapataplús!

6 comentarios:

ARCENDO dijo...

Me gustan todos, pero me emociona que hayas elegido a Juan Ramón, porque a pesar de que no son buenos tiempos para la lírica, o la poesía en este caso.... es más que necesaria. Saludos.

Luis Amézaga dijo...

Y si es de Juan Ramón incluso prolonga la vida.

Anónimo dijo...

Si ya sabía yo que tenías algo de poeta, jajajajaja...

A ver cuando puedo añadir la continuación de "La caída del guindo" a mis lista, por cierto... ;)

Anónimo dijo...

arcendo, es que Juan Ramón es Juan Ramón. Antes me parecía sencillo, que confundía con simple. Pero de unos años a esta parte aprecio su sencillez como pureza y cada vez me gusta más. Y ojo a su prosa. Esos diarios de un poeta recién casado son prodigiosos.

luis amézaga, y, desde luego, la ensancha.

maya, jeje, todo se andará. ¡Tres hurras por Belisario!

Un abrazo

Alberto Esteban dijo...

Luego me pongo con el meme Persio.

Saludos

Anónimo dijo...

Estalla la Guerra Civil. Inseguros en Madrid, Juan Ramón y su esposa salen hacia Francia, protegidos por el propio presidente de la República, camino del exilio. Y ya sabemos que, al acabar la guerra, tampoco los vencedores les son muy propicios. Juan Ramón, atenazado por enfermedades y desgracias, se negará dignamente a volver a su patria –incluso en sus escasos años de viudedad– sellando así su destino al de miles de españoles que no tuvieron la oportunidad de volver.