miércoles, 5 de marzo de 2008


La artistocracia

En el imperio de los media, los comunicadores son el eslabón untable. Nosotros pagamos y tragamos, nos los creemos, seguimos sus consignas porque nos gustan sus pelis, sus canciones o sus concursos. Se supone que nos gustan. Son los semidioses goyescos del Hollywood hispano. Del artista uncido por los dioses, hemos pasado al artista untado por los progres.
La artistocracia pone el cazo en la Iglesia laica recién estrenada: la industria del entretenimiento al servicio del lavado de nuestro cerebro. Con mucho arte, eso sí.
Qué gusto da tener un cerebro recién lavado y planchado.

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