jueves, 8 de mayo de 2008


Silencio nórdico

La izquierda europea ha dejado de hablar del modelo sueco. ¿Por qué? Porque los nórdicos han finiquitado con éxito tremendo el Estado del Bienestar, que acaparaba el 70% de la producción del país. A la izquierda ya no le sirve el ejemplo sueco como versión democrática que oponer al socialismo real. Ya no hay ni lo uno ni lo otro. Sólo queda el silencio.

Pero hay mucho que decir del ejemplo actual de Suecia. En palabras de Mauricio Rojas, del Partido Liberal de Suecia:

El cambio comenzó por algo bastante ridículo, pero ilustra bien de qué se trata. En los ochenta una municipalidad sueca dio derecho a los ancianos a que eligieran quién les cortaba las uñas, el podólogo. ¡Fue una revolución en el país! ¡El Estado no decidía quién te cortaba las uñas!

La municipalidad te da un vale, y uno elige quién le proporciona el servicio entre una serie de productores autorizados (sin límite de productores). Funciona muy bien. El tema de las escuelas fue el gran paso, ya que era el monopolio ideológico de la socialdemocracia. Más del 99% de los niños iban a escuelas públicas, casi no había privadas, y ese movimiento prendió muy rápidamente porque había un sector que siempre demandaba más libertad; minoritario, pero existía, y en cuanto se dio la posibilidad comenzaron a crecer las denominadas escuelas libres.

-¿Cómo se explica que se haya gastado tanta tinta en los periódicos europeos hablando del modelo sueco y ahora, cuando se hacen reformas de otro tipo, no se hable prácticamente nada?

-Nada, la izquierda sigue usándolo como antes. Tenemos una izquierda mitológica a la que se le han ido cayendo, uno a uno, todos sus mitos: Rusia, la URSS, Mao, Che Guevara y Fidel Castro… Se fue quedando huérfana de utopías y le quedó Suecia… Un país lejano, bastante desconocido, con un idioma extraño y donde todo lo bueno sucede y ha sucedido. Y a esta izquierda le importa un comino la realidad, le importa el mito y vendértelo. No te hablan ni de la crisis, ni del hundimiento del modelo, ni de lo que nos costó, ni, por supuesto, de los cambios. Reinventar el Estado del bienestar es producto de mi sorpresa sobre la ignorancia de la Suecia real. Me ocurrió por primera vez en Uruguay. La izquierda me hablaba del modelo sueco, y yo les decía “¿pero ustedes saben que el correo, por ejemplo, está sometido a la competencia como los ferrocarriles? Que se ha privatizado más que en ningún país de Europa: las telecomunicaciones, la infraestructura… lo que ustedes quieran. Donde hay un vale escolar como el que planteó Milton Friedman… ¿Saben todo eso?”. Y me miraban como si viniera de Marte. La izquierda tiene una fantástica capacidad para no ver lo que no quiere ver.

6 comentarios:

Ignacio dijo...

Te link

Maat dijo...

La izquierda siempre se comporta de la misma manera, vive anclada en el pasado y pretende resucitar modelos totalmente fracasados y obsoletos para una sociedad del siglo XXI.

Pero ellos, erre que erre. Lo malo es que los mayores perjudicados de estos desvaríos son nuestros bolsillos y nuestras libertades individuales.

Luis Amézaga dijo...

Y para hacer ver lo que quieren que se vea.

Anónimo dijo...

ignacio, thx

maat, el silencio sobre sus fracasos es atronador. Tras la caída del muro, por ejemplo, un breve duelo, y luego la cortina de silencio.

luis, la Propaganda está en sus manos. Pero la Verdad está en las nuestras.

Butzer dijo...

Yo me quedo con la competitividad de las empresas suecas.XD

Anónimo dijo...

Sus chicas también son muy competitivas :)))