Trichet baja los tipos en Europa; pero el mercado dice que nones, que la deuda pública va a multiplicarse por mucho en el futuro y que a largo plazo lo que se avista son estados demandantes de fondos. Sube el Euribor. A las empresas sólo les quedará la calderilla, cada vez más cara, con la que financiarse. Y las familias, a apechugar con los impuestos. (Creo que antes se le llamaba pechos a los impuestos, por cierto, en la Edad Media o así, si no recuerdo mal. Hace tanto tiempo...) Pues eso, que los tipos suben porque los interesados tipos de los gobiernos van a necesitar ingentes cantidades de fondos para financiar sus recientes desvaríos.
Y en casa, la reunión de los botines; Botín y compañía, todos con zapatos de banquero, reunidos con el zapatero mayor, nuestro Calígula (el zapatitos). ¿Quién lo remendará?
Nosotros, de rodillas, a sacarle brillo al pie de banquero. 8 billones de pesetas -nada de antiguas pesetas, pues no hay pesetas modernas- nos costará el betún con que untarles. Socialismo típico y a mansalva. Todo para el pueblo pero sin el pueblo. Chicos de ciudad, espabilados, malandrines, julandrones, chupatintas y chupasangres. Eso es lo que son. ¿Qué hay de esa dama llamada España? ¿Saldrá viva de la violación múltiple?
5 comentarios:
Pues creo que no,Persio.
Hoy acabó de leer el post de Julio Andradas en mi blog, y cada vez soy más pesimista.
Esto se va a traducir en una recesión de consecuencias imprevisibles.
El Euribor es el tipo de interés al que se prestan los bancos entre ellos, no es el tipo al que toman prestado los Estados.
De hecho los tipos de la deuda pública están a la baja. En USA han llegado a tocar (hace una semana) el 0% e incluso un dia se pusieron negativos.
Lo que ocurre es que todo el mundo está sacando sus depósitos y metiendo el dinero en letras y bonos del Estado como activos de menor riesgo. La crisis de liquidez de los bancos empeora y logicamente suben los tipos de interbancario (el Euribor).
Lo que están haciendo los Estados es intentar que el dinero vuelva a circular, siendo ellos los que prestan a los bancos, aprovechándose de que hay una demanda bestial por deuda pública y por tanto pueden emitirla a tipos más bajos.
El problema, en mi humilde opinión, no va a ser el peligro de recesión sino el peligro de inflación disparada, porque al final los Estados se pondrán a darle a la máquina de imprimir billetes.
natalia, el intervencionismo al que todos los gobiernos están lanzados sólo retardará y profundizará el inevitable crack de la economía real.
embajador, tienes toda la razón.
Lo que quiero decir es que un previsible aumento en el stock de deuda pública, fruto del intervencionismo que vemos, dejará al estado como principalísimo receptor del ahorro futuro -y también presente, como señalas- de la economía, dejando a las empresas con menores disponibilidades en los mercados de capitales.
Persio- Si pero no necesariamente. Es decir, tenemos ahora mismo una "huida" hacia activos de menor riesgo, o sea, hacia deuda del Estado en un momento en que el Estado no estaba incrementando sus necesidades de financiación, por eso los precios de la deuda suben y las rentabilidades bajan.
El Estado puede hacer dos cosas: 1. Emitir deuda y dedicarse a gastar el dinero en (por ejemplo) contratar "asesores" y 2. Emitir deuda y prestar el dinero a (por ejemplo) los bancos, las eléctricas u otros sectores industriales para volver a poner en marcha la actividad económica.
La tentación, por supuesto, es nacionalizar explicita o implicitamente y que ocurra lo que tu dices. Pero no tiene que ocurrir necesariamente.
Dicho todo lo cual yo soy partidario de dejar quebrar a quien tenga que quebrar. El sistema capitalista mundial hace tiempo que debería haber pasado por una crisis gorda. Hasta ahora las crisis se han evitado a base de inflar el mundo de liquidez. Eso lo único que consigue es postponer la crisis y que la definitiva sea verdaderamente definitiva. La gente no entiende que el sistema capitalista tiene el sistema de ciclos metido en su misma esencia, y que oponerse a la naturaleza del sistema es como el que construye un camping en el lecho seco de un rio que ha sido artificialmente desviado de su cauce. Al final se llevará al camping por delante si o si.
La tentación de nacionalizar parece irresistible a ambos lados del Atlántico.
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