Gaspar el Apóstata

Gaspar Llamazares ya no es el líder de IU, pero aún conserva el sueldo y el escaño para hacerse notar. Y desde el Congreso de los Diputados demuestra un repentino interés por la pila bautismal, por todo lo que consta en los registros parroquiales, a ver qué es lo que hay en esos archivos, oye, que Gaspar no quiere que allí estén los que fueron bautizados una vez y ahora, en plena vida descarriada, lanzados a tumba abierta por el camino de perdición, digamos, declaran en voz alta su condición de apóstatas. Gaspar quiere que sea borrado todo rastro pasado de fe. Estos apóstatas hacen como los gays, que parece que necesitan proclamar a voz en grito su condición para autoafirmarse. Anda, Gaspar, que si estuvieras entre los muslimes tus pelotillas no peligraban ni nada..., por apóstata y por lo otro. Qué suerte tienes de vivir entre cristianos, julandrón negacionista.

A Gaspar no le interesan los parados, ni los endeudamientos, quién dijo crisis. En época de tribulación Gaspar mira hacia lo alto, vuelve la mirada al Supremo para negarlo con fuerza. Hace como Touriño, el de los cristales ahumados, tratando de que la realidad exterior, tan cruda y económica, no se le transparente.