Como ratas de laboratorio que somos no podemos quejarnos.
Gran Hermano nos ha programado la vida entre los 21 y los 26ºC. Tenemos, por supuesto, la libertad de superar esos 26ºC en verano (achicharrarnos) o de bajar de los 21ºC en invierno (helarnos). Así que somos libres... Lo que no podemos (no todo se puede en la vida) es estar agradable y voluntariamente fresquitos en verano más allá de la frontera programada; ni estar en invierno acomodadamente calentitos más allá de la frontera sur del botón del aire acondicionado. Imposible. ¡Entre los 21 y los 26ºC! Ésa es nuestra atmósfera permitida. Que los locales públicos hace tiempo que dejaron de ser del dueño del local; y el público que entra en ellos nada tiene que decir al respecto... La bota de Gran Hermano avanza a pasos agigantados. Probaremos el betún... Hace tiempo que le concedimos el Poder y ahora se limita a ejercerlo.
¿Alguien sabe si hay vida más allá esta pecera?
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