Agrobarreda

Según José María Barreda, la Mancha es un panal de rica miel amenazado por el hongo nuclear. Los trigales, las denominaciones de origen, los embutidos de los cochinos, y hasta las navajas de Albacete se verían amenazados por la energía atómica encerrada en un cementerio con la tranca mal cerrada. Y es que el presidente autonómico y agropecuario sufre espanto radiactivo... Aunque lo que verdaderamente le espanta es el horizonte grana de una derrota electoral. Por ello saca el garrote y le arrea Zapatero, el jefe de la tribu, quien le hace perder votos con la etiqueta socialista. La taifa ya no quiere rendir tributo al rey de reyes.

Barreda, por otro lado, ejerce de busto bonoparlante; habla por boca de Bono por meterle el dedo en el ojo a José Luis. Los presidentes socialistas se mantienen firmes en la cumbre hasta que se les quiebra el aparato, en Ferraz, o se le rebelan los barones en sus taifas. Hasta entonces, la opinión pública y su cabreo monumental apenas contaban, una brisilla con leve reflejo en las encuestas. Pero si la emoción de derrota conmueve al aparato, échate a temblar, José Luis... Ahora la taifa de la Mancha amenaza con convertirse en el lamparón del socialismo nacional, un churrete, un pringue que convierta la colmena socialista en avispero. Eso quisiera Bono y su enviado, el monaguillo de pelo blanco llamado Barreda.