sábado, 27 de febrero de 2010


Los pensionistas de la SGAE



En un palacio rococó, en Guadalajara, viven los hijos de la ira de nuestro tiempo. Nutridos como pichones, recebados por las rentas del monopolio que manejan, viven como semidioses griegos. Entre ellos está su capitán, Teddy Bautista, a quien el quejido público le renta más que el rasgueo de la guitarra, como hacía en la prehistoria de los años sesenta. A Teddy y compañía no les gusta que les violen sus derechos supuestos (que consisten en violar los derechos ciertos de quienes compran su mercancía a hacer con ella lo que quieran, como tirarla a la basura o copiarla en un CD). Así que Teddy y los suyos van de sindicalistas defensores de derechos, pero a lo grande. Como Méndez pero sin barba y sin tanto disimulo de corbata. Como retirados productores cinematográficos de gafas ahumadas que sobre la playa contemplan el declinar de su estrella. Pero cómo disfrutan mientras tanto. Discurso progre y pensiones de 300.000 euros a costa del consumidor y de su denostado libre mercado. Que si fuera libre les daría en su trabajado trasero una patada exorbitante.

2 comentarios:

Eduardo de la Fuente dijo...

Teddy Bautista es un verdadero chorizo. La SGAE recauda un impuesto revolucionario mientras los sucesivos gobiernos abdican en una entidad privada algo que al ser una tasa sólo puede recaudar el Estado.

No sé si me da más asco la hipocresía de la SGAE o la de Montilla y la hora de catalán que estudian sus hijos.

Un saludo

Javier dijo...

Son como los del post de la moto y la metralleta pero sin metralleta porque cuentan con la connivencia del (des)gobierno. En vez de metralleta llevan guitarra para cachondearse más de todos nosotros.

Un abrazo.