lunes, 6 de diciembre de 2010


Wikileaks o el terrorismo tecnológico


El fundador de Wikileaks, Julian Assange, no se ha conformado con revelar una lista de las personas que colaboraron con el ejército de USA en la liberación de Iraq, poniendo en peligro sus vidas, señalándolos como objetivos terroristas, sino que también difunde ahora una lista de las instalaciones vitales para la seguridad USA: dónde se ubican los cables de comunicaciones transatlánticos, la dirección de una empresa de ingeniería marina vital para los submarinos nucleares, las direcciones de varias factorías de la empresa de defensa BAE Systems, el punto de unión del gaseoducto Nadim, en Siberia Occidental, por dónde pasa el gas ruso hacia Europa, una mina de cobalto en el Congo, una factoría de insulina en Dinamarca... Una detallada lista de objetivos terroristas, en fin. Assange se lo pone fácil a los herederos de bin Laden.

El resto del mundo, mientras tanto, se entretiene con los abundantes chismorreos cibernéticos que pueblan la mayor parte de los 250.000 cables divulgados/robados por los colaboradores de un antiguo hacker, gamberro del teclado que ha traspasado ya el límite de la irresponsabilidad criminal.