Los antisistema son los más prosistema que existen, sin embargo. Viven subvencionados las primeras tres décadas de sus vidas (guarderías, escuelas, universidades). Luego, si hay suerte, cogen algún subsidio de paro, algún descuento por tener un hijo anecdótico, subvenciones si lo matan antes de que vea la luz, hospitales y listas de espera para su ancianidad. Ése es vuestro sistema, chicos. De la cuna a la tumba. Y seguís queriendo más teta. O pagas impuestos para mantenerlos, o te dejan las calles perdidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario