Juan Carlos dice que se jubila. Pero qué va, el barra sigue en la política: perrito gruñón, pero faldero; ladrador que no mordedor. Otros muerden por él. Otros disparan por el. Él sólo apunta. Sus enemigos-amigos de ETA saben de esa táctica. Ellos toman nota de lo que dicen los gorrinos. (Así llaman a sus compañeros de mesa: los etarras manejan el cuchillo; los gorrinos no se mueven del plato.) El barra otea el horizonte, olisquea el peligro que hay en el mundo, mueve su rabo circular, vuelve por donde solía. Viejo pasto y antiguas costumbres. El pata negra de la política sabe su papel y su camino. Jabugo no anda lejos.
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