lunes, 11 de diciembre de 2006


El veneno de Putin



Elena Ponitovskaya, periodista con información sensible, asesinada. Andrei Kozlov, máximo responsable de la autoridad bancaria de Rusia, asesinado. Alexander Litvinenko, espía, asesinado con un arma radiactiva. En Moscú hay rumores de que una organización de antiguos agentes del KGB, llamada Honor y Dignidad, puede estar detrás de alguno de estos asesinatos.

The Times publicaba recientemente que Litvinenko visitó a un antiguo propietario de la todopoderosa compañía petrolera YUKOS. El antiguo propietario (cuyo nombre no cita el diario británico) está refugiado en Israel y supuestamente recibió pruebas por parte de Litvinenko de actos ilegales cometidos por el gobierno ruso para hacerse con el control de la petrolera. Estas pruebas ahora serán transferidas a Scotland Yard y formarán parte de la investigación sobre su asesinato.

Muchos de estos crímenes están relacionados con la lucha por el poder en Moscú entre los siloviki –los hombres del poder, pertenecientes a la Administración Presidencial y al FSB, antiguo KGB, que no desean cambios en el entorno actual del Kremlin- y quienes se agrupan alrededor del Vicepresidente (presumible sucesor de Putin y futuro hombre fuerte del país) Dimitri Medvedev.

Pero la guerra por el poder ha traspasado las fronteras de Rusia. Un envenenamiento radiactivo formando parte de una bomba sucia no es un asunto menor. Rusia tiene esas armas, y tiene hombres turbios dispuestos a emplearlas o venderlas. El rastro radiactivo de Litvinenko puede llevar a ellos.

No hay comentarios: