sábado, 11 de octubre de 2008
Dragó, Sánchez
La culpa no es de la libertad del mercado, sino del capitalismo (¡sic!), el keynesismo, la socialdemocracia, el Estado del Bienestar, la corrección política, el idioma performativo de los progres (cómo hacer cosas con palabras), la avaricia de los brokers, la implantación de una economía basada en el monetarismo, la especulación y la ingeniería financiera, y el delirio de creer que el dinero puede producir riqueza. Pues no. Lo único que la produce es el trabajo. En Europa no apenca nadie: todo es subvención e IRPF.
(...)
¡Venga, hombre! Resignémonos a recoger los lichis de la ira y a comer bosta de dromedario en la Ruta de la Seda. Fue Spengler quien avisó en 1922 de que lo fáustico tocaba a su fin. Reléanlo. Aquel filósofo de la historia era Juan en Patmos. Cojan el dinero y corran con él hacia ninguna parte, porque se lo robarán. Occidente es un hervidero de cacos.
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Etiquetas:
despropósitos internacionales
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2 comentarios:
Completamente de acuerdo. Lo suscribo. Gracias por traerlo hasta aquí. Un abrazo.
Qué tentación la de largarse con viento fresco...
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