viernes, 27 de noviembre de 2009


Los límites de la otra mejilla

Los turcos y los árabes los han atacado y han conquistado vastos territorios de la tierra de Romania (el imperio bizantino), tan al oeste como la costa del Mediterráneo y el Helesponto, el cual es llamado el Brazo de San Jorge. Han ido ocupando cada vez más y más los territorios cristianos, y los han vencido en siete batallas. Han matado y capturado a muchos, y han destruido las iglesias y han devastado el imperio.
Si vosotros, impuramente, permitís que esto continúe sucediendo, los fieles de Dios seguirán siendo atacados cada vez con más dureza.
En vista de esto, yo, o más bien, el Señor, os designa como heraldos de Cristo para anunciar esto en todas partes y para convencer a gentes de todo rango, infantes y caballeros, ricos y pobres, para asistir prontamente a aquellos cristianos y destruir a esa raza vil que ocupa las tierra de nuestros hermanos.

Urbano II, en el concilio de Clermont

2 comentarios:

Juan de Herat dijo...

Jesús, llamado luego por los griegos el Cristo, hizo uso de la violencia: echó a los mercaderes de la casa del Padre a latigazos.

Poner la otra mejilla tiene un sentido diferente del que con frecuencia se transmite: la razón de la fuerza nada puede contra la fuerza de la razón.

Cuando Jesús se encontró en una situación en la que el contrario le superaba por la fuerza, ofreció su otra mejilla: la fuerza bruta nada puede contra el poder del Amor.

Persio dijo...

Muy cierto, gracias por la ampliación.

Hemos de cuidar de nuestras mejillas.