sábado, 5 de diciembre de 2009


Buscando la pureza racial en los Andes



"Los ponchos rojos de Evo actúan según el modelo de los camisas pardas de la Alemania Nazi", nos cuenta Melvin.

Y en EL PAÍS:

Estos ponchos son hoy en Bolivia el símbolo de una milicia indígena muy temida. Sus dirigentes dicen que cuentan con 100.000 hombres armados. Recientemente, el presidente Evo Morales convocó a esta milicia indígena a defender la unidad del país junto a las Fuerzas Armadas ante las aspiraciones autonómicas (...) Públicamente, Morales ha dado a los ponchos rojos estatus militar. (...) La insólita propuesta presidencial puso los pelos de punta a muchos, tanto a empresarios y políticos santacruceños como a altos mandos militares. (...) Algunas de las armas que posee la milicia indígena proceden de una compra de fusiles checos realizada en los años treinta. (...) "Estamos en peligro: nos van a desarmar y es una trampa. Gracias a nuestros Mauser, Evo Morales es presidente", dice el líder aymará Felipe Quispe (...) Quispe, adversario político de Morales, impulsó desde finales de los ochenta los ponchos rojos como "embrión de una lucha revolucionaria" dentro de su proyecto político de reconstituir el territorio aymara del Jach'a Uma Suyu (el Gran Omasuyos, el territorio del agua) que se extiende hasta Perú y el norte de Chile. En el grupo armado que derivó de esta iniciativa de Quispe, el Ejército Guerrillero Tupac Katari, militó y tuvo mando Álvaro García Linera, el actual vicepresidente. (...) El experto indigenista Pablo Mamani señala que la milicia "logró destruir en las comunidades todas las referencias al poder del Estado"; es decir, consiguió que la policía y los juzgados locales perdieran su poder real. (...) La prensa se refiere a los campesinos de "ponchos rojos y sombreros negros" como símbolo del mando indígena en el altiplano.


Gabriel Areto, residente en Bolivia, me deja un comentario:

No solo son los ponchos rojos. Las estructuras estatales carecen de poder en los pueblos, y acentuado recientemente. Evo favorece un poder paralelo que le es favorable y que no está sujeto a ningún control (ni leyes, ni organismos internacionales, ni responsables oficiales de nada). Vivo en Bolivia, por mi trabajo tengo contacto con la gente de los pueblos. Me cuentan que antes el policía abusaba del pueblo y ahora el pueblo abusa del policía. Las noticias de linchamientos que me llegan son contínuas, y no veo reflejo de eso en ningún medio de comunicación en internet o en los periódicos locales. El último, un asesino de un padre y un hijo. Fue desollado vivo en un pueblo a un par de horas de La Paz. Solo había un policía en el pueblo. Obviamente en el momento él no podía hacer nada. Pero cuando la barbarie ha sido cometida, no queda el más mínimo interés en perseguirla por parte de quien debería. Y no se puede ver, ni oír, ni hablar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No solo son los ponchos rojos. Las estructuras estatales carecen de poder en los pueblos, y acentuado recientemente. Evo favorece un poder paralelo que le es favorable y que no está sujeto a ningún control (ni leyes, ni organismos internacionales, ni responsables oficiales de nada). Vivo en Bolivia, por mi trabajo tengo contacto con la gente de los pueblos. Me cuentan que antes el policçia abusaba del pueblo y ahora el pueblo abusa del policía. Las noticias de linchamientos que me llegan son contínuas, y no veo reflejo de eso en ningún medio de comunicación en internet o en los periódicos locales. El último, un asesino de un padre y un hijo. Fue desollado vivo en un pueblo a un par de horas de La Paz. Solo había un policía en el pueblo. Obviamente en el momento él no podía hacer nada. Pero cuando la barbarie ha sido cometida, no queda el más mínimo interés en perseguirla por parte de quien debería. Y no se puede ver, ni oír, ni hablar.

Javier dijo...

¿Recuperarán también los sacrificios rituales para ofrecerle al sol el corazón de sus victimas? ¡Manda carallo na habana!

Un abrazo.

Persio dijo...

Gabriel, gracias por tu aportación. Adjunto el comentario a la entrada para darle más visibilidad.

Javier, hay que volver a la religión azteca. Eso sí que es pura espiritualidad... ¡Arriba los corazones! Pero literalmente, arriba... Fuera del cuerpo del condenado y a enseñarlo a la masa.