miércoles, 2 de diciembre de 2009


Zion




Mark Halawa es hijo de papá kuwaití. Crece en un entorno de soltura económica, no demasiado religioso, la verdad, pero con el odio secular a Israel, eso que no falte. Su profesor de matemáticas, por ejemplo, les decía en clase: Si una bomba mata a X judíos, cuantos judíos morirán si lanzamos 6 bombas...

Con el tiempo, Halawa descubre que una de sus abuelas es judía. (Casada con un soldado de Jordania, tuvo que emigrar con él a Kuwait, donde crecieron sus descendientes.)

Halawa marcha a estudiar a Canadá. A la puerta de una biblioteca ve a un judío hassidim, vestido con el atuendo típico de los judíos ortodoxos. Con curiosidad, le pregunta: "¿Es usted judío?" ."No; visto así porque me gusta..." A Halawa le extrañó que una broma pudiera surgir de una persona religiosa, acostumbrado como estaba a los furibundos clérigos muslimes. Charlan un rato y el judío le dice, tras haber escuchado su historia: "Según la ley islámica, en la que se transmite la religión por línea paterna, eres musulman; pero según la ley judía, donde son las mujeres las que transmiten la religión, eres judío, como tu abuela".

Y Halawa comienza a adentrarse en la sinagoga...

Y un tiempo después recupera plenamente su legado judío, enfrentándose y superando el rechazo familiar.

l

No hay comentarios: