El ministro italiano de Administración Pública, Renato Brunetta, propuso hoy una ley para obligar a los hijos a abandonar el hogar familiar a los 18 años, con el objetivo de que maduren y se valgan por sí mismos, sin estar bajo el techo familiar durante décadas.
Brunetta comentó el reciente caso de un padre que ha sido condenado por el Tribunal de Bérgamo (norte) a mantener a la hija de 32 años que vive en su casa y que todavía no ha sido capaz de acabar la universidad.
El ministro conservador dijo que los casos de "bamboccioni" -como se conoce en Italia a los hijos que siguen en el hogar familiar a los 30, 40 e incluso 50 años sin perspectivas de vivir por su cuenta- son "vergonzosos" y que él mismo recuerda cómo a los 30 años aún era incapaz de hacerse la cama y se la tenía que hacer su madre.
El Economista
2 comentarios:
Hace algún tiempo, antes, mucho antes de que este ministro tuviese tan genial idea, escribí unos versos que paso a transcribir por considerarlo oportuno, es más, creo que viene al pelo:
BALADA DEL PAPÁ CANSADO
¿Qué dirá mi viuda cuando falte?:
-Fue un hombre bueno,
alimentó a sus hijos,
les dio un techo,
y estudios,
y vestido.
Los tuvo a gastos pagos.
Se preocupó por ellos.
-Era su obligación, dirán sus hijos,
para eso trabajó y cobró un buen sueldo.
Al fin y al cabo si nos trajo al mundo
fue porque quiso hacerlo.
Los niños rondan ya los treinta años,
el estado por tanto no da un céntimo,
aunque te obliga,
eso sí, prudentemente,
a darles de mamar
y a darles techo
y a vestirlos
y por cubrir del todo el expediente
no te deja mandarlos a paseo.
El aborto de niños tan mayores
no es legal,
por ahora,
cuando pase algún tiempo,
¡ya veremos!.
Para corresponder ellos no aportan
trabajo alguno que los emancipe
ni muestran muchas ganas de tenerlo.
Pero la obligación del padre era mimarlos,
aguantar sus reproches,
mantenerlos.
-Trabajo le costó,
¡vaya trabajo!,
no sacar adelante a esos mastuerzos.
Eso lo digo yo que soy el padre,
lo puedo decir yo que
- una vez muerto -
me van a echar de menos.
Un abrazo y… aplausos para ese ministro, lo malo es que las mamás no suelen estar por la labor y los siguen tratando como si fuesen bebés.
Las mamás ya se sabe, a veces se pasan de amorosas, poniéndole la corbata al bebé que se va a trabajar...
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