domingo, 11 de julio de 2010


A la caza del charnego rojo



Los nazionalistas persiguen a Montilla en la manifestación que éste se había preparado de cara a las elecciones. Le acosan. Montilla, el del sombrero cordobés, es visto como un charnego invasor, ajeno al maremágnum de banderas esteladas que ayer recorría las calles de Barcelona. (Las banderas esteladas son como cáctus venenosos que crecen a la orilla del Mediterráneo.) Los protozoos nazionalistas discurrían por las calles de una ciudad caldeada por el mes de julio. Las calles caldeadas, ese terrero abonado para la reproducción de los protozoos, el caldo de cultivo constituyente de una nueva nación. La nueva nación que quiere ser construida sobre el robo de unas tierras que no les pertenecen en exclusiva. ¿Dónde está su derecho de propiedad y su derecho de exclusión?

El derecho de secesión es una estafa y un robo, un robo de tierras y de otros activos. Y es un deber moral oponerse al robo.

Así que si esta Constitución no nos vale para contenerlos, habrá que ir preparando Gettysburg.

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Como hoy dice Albert Boadella: "...que se marchen, pero que lo paguen antes. Vivimos en una sociedad limitada, que nos pertenece a todos, y hay que pagar las hectáreas."

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