Dícese del chico de los recados o camarero del gobierno. Vive en terrenos pantanosos, entre lo judicial y lo político. Es saltarín: pasa de un terreno a otro fácilmente. Aunque de visión delicada (no distingue el típex de los informes), tiene tendencia a ver amanecer (y a hacer ver amanecer a quien ante él declara). Tiene un mechón de pelo blanco y una voz musical, pues la flauta también es un instrumento musical. Vive peligrosamente, así que utiliza escoltas de formación siria, pasado turbio y nombre Kalagi. Le gusta pasear y visitar trenes en el mes de marzo: el 11M pasaba por ahí. Viste como un mago y ejerce de tal: en su despacho entran testigos y salen imputados. Entrevista a los peritos y hace llorar a las peritas. Dicen que es juez.
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